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sábado, 24 de marzo de 2012

El arte ya no se acoge de buen grado

Una sentencia del Tribunal Supremo excluye los estudios de escuelas artísticas superiores de la enseñanza universitaria

Los alumnos de música, danza o diseño ya no están
cursando estudios de Grado 
Es lunes, a las 6:30 de la mañana. La estudiante ilicitana María López se levanta a esa hora, pues sabe que de otra forma no llegaría a tiempo a su clase de violín, en el Conservatorio Superior de Murcia. Mientras desayuna, repasa apresuradamente sus apuntes de Armonía para el examen que tendrá a media mañana. Sigue estudiando en el tren, ya que su trayecto dura una hora, y también aprovecha para revisar unos compases que ha compuesto para violín. María López tiene 20 años, y una ambición: llegar a ser compositora y tocar su instrumento de forma profesional. Dedica a sus estudios el tiempo que invertiría en una carrera universitaria.
Sin embargo, y debido a la sentencia que el Tribunal Supremo dictó el 8 de febrero, los estudios artísticos superiores (artes plásticas, danza, arte dramático, diseño o música, como es el caso de María) ya no equivalen a una titulación de Grado. La decisión fue inesperada por el colectivo docente, ya que contraviene tanto el reciente Plan Bolonia como la mayoría de planes de estudios europeos, que sí equiparan este tipo de estudios a los universitarios.

La titulación de Bellas Artes sigue conservando su categoría de Grado, debido a que se imparte en universidades y no en escuelas de arte. Según la Sentencia del Supremo, el principal motivo de la decisión es la diferencia de cualificación entre los dos tipos de centros.

Las principales diferencias
Al hablar con Tatiana Sentamans, la Vicedecana de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández de
Elche, ella expuso las razones de este cambio, y las diferencias más claras entre las universidades y las
escuelas superiores de arte. Tatiana afirmó que la sentencia suponía “el fin de un período de incertidumbre, en el que la equiparación de ambos estudios contravenía la autonomía universitaria de la LOU”. Según la Vicedecana, para que fueran estudios equiparables tendrían que ser las escuelas de arte las que se adaptasen al ámbito universitario, y a los niveles y exigencias que implica una universidad.
Tatiana Sentamans remarcó tres diferencias esenciales entre los dos tipos de estudios. La primera es que la universidad promueve la investigación, y ofrece un ambiente idóneo para ello en el ámbito artístico. La segunda, continuó la Vicedecana, es que en la universidad se permite a los alumnos completar el recorrido, desde el Grado hasta el Doctorado, mientras que en las escuelas superiores los alumnos se gradúan, pero dependen de una universidad si quieren un Máster o un Doctorado. La tercera se basa en que los procedimientos administrativos son diferentes, empezando por el nombre de las asignaturas. “Se contemplan
puntos como la planificación, la movilidad y el reconocimiento de créditos, los recursos materiales, o el sistema de promoción y acreditación de la plantilla docente e investigadora, entre otros muchos”, explicó Sentamans.
Las diferencias entre los profesores también son amplias. Según el testimonio de varios docentes, en las universidades se distingue entre catedráticos y profesores asociados, mientras que en las escuelas superiores de arte todos los profesores se denominan catedráticos, tengan plaza fija o sean interinos. También es notable el cambio en la jornada: en las escuelas superiores se trabajan 15 horas lectivas semanales, si bien en las universidades están obligados a permanecer unas 30 horas en el centro.

Cómo afecta a los estudiantes
Los planes de estudios entre las facultades de Arte y las escuelas superiores son diferentes, como dio a entender Tatiana Sentamans. Pero es inevitable que vuelvan a cambiar con la iniciativa del Supremo. Los estudiantes de las escuelas artísticas hablan de una “devaluación del nivel”. Laura Hernández, una estudiante de flauta travesera del Conservatorio de Música de Elche, tras indagar sobre el tema, explicó que supondría
una regresión al Plan del 66, con el cual las titulaciones se situaban a medio camino entre las Licenciaturas y los Ciclos Formativos de grado superior. “El plan de estudios era diferente, daba más importancia a la práctica que a la teoría”, añadió Laura.
Las mayores preocupaciones para los alumnos están ahora en lo que ocurrirá si desean continuar sus estudios fuera de España. Al contrario que el plan que propone la sentencia del Supremo, la mayoría de países europeos sí consideran grados las enseñanzas artísticas. Tatiana Sentamans indicó, en referencia a esto, que “en muchos países de Europa se consideran Grados porque las escuelas de danza y los conservatorios están
integrados en la Universidad”.
La sentencia del Tribunal Supremo ha provocado reacciones diversas entre los distintos tipos de alumnos. Si bien los alumnos de Bellas Artes han salido ganando con el cambio, desde las escuelas
de danza y los conservatorios han surgido protestas, que se han extendido sobre todo a través de Internet. Se pide una equiparación de los dos tipos de enseñanza, una medida que requeriría importantes cambios en los planes de estudios.

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