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jueves, 31 de mayo de 2012

Entrevista a Miguel Ors

El archivo de Miguel Ors cuenta con más de 200 entrevistas en cintas de cassette.
Miguel Ors Montenegro | Investigador de la memoria histórica ilicitana


“Es un error ocultar el pasado: se debe comprenderlo y afrontarlo”

El catedrático Miguel Ors explica su trabajo sobre la memoria histórica de Elche, al que ha dedicado 30 años


Hace ya 30 años desde que Miguel Ors Montenegro comenzara a interesarse por la memoria de su ciudad, y se decidió, en parte motivado por un libro, a recorrer las calles grabadora en mano, buscando personas que hubieran vivido mucho, y que tuvieran historias interesantes que contar. En la actualidad su trabajo ha avanzado visiblemente, y el historiador ilicitano cuenta con un archivo histórico formado por más de 200 cintas de cassette. Fue nombrado además, en 2009, jefe de la Cátedra Pedro Ibarra por la Universidad Miguel Hernández. Cuenta con varios libros y artículos publicados, y combina su trabajo de historiador con el de profesor en la universidad, además de una reciente concejalía en el PSOE. Esta trayectoria confirma a Miguel Ors como una de las figuras más destacadas en el ámbito de la cultura y la historia de Elche. 



Pregunta. Hábleme del libro que le inspiró a interesarse por la memoria histórica.
Respuesta. Cuando estaba haciendo la mili, un par de años antes de empezar con el archivo leí un libro, titulado Recuérdalo tú, recuérdalo a otros, de Ronald Fraser, un historiador de la Guerra Civil Española. Esa lectura tuvo mucho impacto, tanto en mí como en otra gente, y consiguió crear cientos de investigadores de fuentes orales en España. De hecho, se considera que marca el comienzo del uso  de la entrevista como fuente histórica, una práctica que anteriormente no se utilizaba. Ese libro me marcó y empecé a hacer entrevistas. La primera, que abrió el archivo,  la hice en el 82 y la última la he hecho hace apenas un mes. Ahora eso forma parte de mi vida. Llevo 200 entrevistas, pero creo que podría haber hecho muchas más.
Miguel Ors tomó la decisión de hacer entrevistas gracias a un libro escrito por un historiador

P. Obviando que es su ciudad, ¿por qué decidió centrarse en Elche?
R. Siempre me ha parecido un buen observatorio. Es lo suficientemente grande como para observar fenómenos históricos (como la Guerra Civil). Es un pequeño laboratorio, en vez de observar toda España es más fácil centrarse en un foco. Me parece un buen método de trabajo seguirle la pista a un lugar determinado.



P. Se trata de un archivo extenso. ¿Cómo selecciona a las personas que va a entrevistar?
R. Suelo entrevistar a hombres y mujeres con todo tipo de ideologías políticas. He hablado con falangistas, comunistas, anarquistas, masones y sacerdotes, entre otros. Entrevistando uno aprende a ponerse en la piel del otro, y a descubrir por qué eligió ese camino. Casi siempre tienen bastante lógica y, debido a su situación personal, difícilmente podrían haber elegido otra cosa. Lo que también procuro es que sean personas mayores, que hayan vivido mucho y tengan algo que decir. Algunos a los que he entrevistado tenían graves problemas de salud, y si no hubiera hablado con ellos, su testimonio se habría perdido.
“Entrevistando uno aprende a ponerse en la piel del otro, y a descubrir por qué eligió ese camino"


P. Ese es el perfil de los entrevistados, pero, ¿qué me dice del método que usa para contactar con ellos?
R. En esta ciudad, en parte por su tamaño, es relativamente fácil conocer gente a la que valga la pena entrevistar. Además, los documentos que lees te llevan a personas, las cuáles te llevan a otros documentos. Son fuentes de ida y vuelta. Yo comparo el método con una “bola de nieve”: al entrevistar a alguien, él a su vez te sugiere más personas que conoce, a las que también puede ser interesante entrevistar. Acabas teniendo trabajo para toda la vida.



P. ¿Continúa usted entrevistando?
R. Siempre que puedo. Y además me lo tomo como una obligación personal y moral. Es un auténtico placer y a mí me crea una cierta adicción. El último al que entrevisté fue un abogado, que además tenía una importante trayectoria como escritor y político.



P. Al margen de los investigadores como usted, ¿cree que se le da importancia a la memoria histórica en este país?
R. Es un tema presente, tanto en el debate político como en los medios de comunicación. Sí que hay tópicos que están muy arraigados y resultan estúpidos, como cuando se dice que acudir al pasado es volver a abrir heridas, y se considera algo negativo. Se trata, como dice Tony Judt, de pasar página, pero habiéndola leído antes.



P. Sin embargo se tiende a ocultar ciertas cosas.
R. Eso es cierto. Esta mañana, he escuchado en la radio que el Gobierno había evitado desclasificar documentos de hace 50 ó 60 años. Hay una especie de miedo. Los países tienen que enfrentarse a su pasado, y ninguno se libra de haber cometido errores en su historia. Pero renunciar al conocimiento de esos hechos es absurdo. Ya sea la Guerra Civil, la Transición o el 23-F. Normalmente los protagonistas de la historia reconstruyen su versión de los hechos, e intentan mitificarse a sí mismos. Los que trabajamos en esto tenemos que intentar poner las cosas en el lugar que les corresponde.



P. Conociendo este panorama, ¿cómo se decidió a hacer política?
R. Fue hace un año. Accedí cuando me propusieron entrar en una lista electoral. Por mi cuenta probablemente no me hubiera apuntado nunca, pero lo consideré un deber cívico. A pesar de eso, y de haber perdido las elecciones, no me arrepiento. Este es un tiempo tan difícil que, si cada cual puede hacer algo, por mínimo que sea, debe mojarse y tirarse a la piscina. Eso sí, uno no suele salir muy bien parado, ya que forma parte de una tribu que está muy mal vista. Se tiende a generalizar, y en muchos casos es absurdo.



P. ¿Cree que la inversión en cultura actualmente es escasa?
R. Deberían revisarse las prioridades. Se destina dinero a proyectos innecesarios, y se dejan de lado otros más importantes. Que se inviertan 300.000 euros en el Elche C.F. es una obscenidad.



P. Un ejemplo de esto es, como usted declaró hace unos días, la pausa de las obras del Museo de la Alcudia.
R. Es triste que una de las apuestas más importantes en el ámbito cultural de Elche no haya podido realizarse. Y más teniendo en cuenta que las obras se encontraban casi finalizadas. Únicamente hacía falta una semana más de trabajo.



P. Teniendo en cuenta situaciones así, ¿cómo cree que está valorada la cultura hoy día?
R. Creo que goza de buena salud, sobre todo en cuanto a creadores, en el cine, el teatro o la música, por ejemplo. Desde el punto de vista profesional, la situación es mucho más complicada.





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